jueves, 30 de agosto de 2012

Pulque


El pulque, néctar de los dioses
Agua de las verdes matas, tú me tumbas,
Tú me matas, tú me haces andar a gatas…

Ángel Camaño.






Una de las bebidas características de la cultura mexicana es el pulque, que no solo es representativo de nuestra sociedad, sino de gran parte de las culturas latinoamericanas. Una bebida llena de historias y tradiciones.
La mayor parte del pulque que se encuentra en la ciudad, es traído de diferentes estados, como Tlaxcala, Hidalgo o Tehotihuacán, y a diferencia de lo que muchos piensan, las medidas de higiene son muy importantes para lograr un buen pulque.

El pulque es más que una bebida, es todo un alimento y en torno a él existen muchos mitos sobre su origen y su preparación. Sin embargo, para hablar del pulque hay que perderle el miedo y haberlo probado…

Desde Tepepan, nos tropezamos con la pulquería “Nomás no llores” donde preparan curados y pulque “de ajo”. El piso está lleno de aserrín, una rockola al fondo y un altar para la virgen. Aquí no importa que sea lunes, siempre habrá alguien tomando pulque de la casa. Una vez que te acostumbras a la consistencia viscosa y al fuerte aroma del pulque, una le agarra cariño.


…Así que ahí estoy, intentando olvidarme de la mala imagen que tengo de los pulques, y estoy dispuesta a probar de mi vaso, un curado de piña grandote, que al principio parece interminable… Después del primer trago… el más difícil… el sabor es dulce y el pulque comienza a hacer su efecto de embriaguez y saciedad, y así, más relajados, nos animamos a probar el curado de jitomate…


En la pulcata todos se conocen, o terminan conociéndose, así que no importa llegar solo, cuando estás con tu cubeta de pulque siempre llega alguien a hacerte la plática. La concurrencia de dones solitarios es más alta que en cualquier cantina. 

…Y después de varios días, terminé yendo sola a otra pulquería para encontrarme con nuevas historias, como la de don Antonio, quien ha sido el encargado de la “Reyna Xóchitl” por más de cuarenta años, y me habla del gran cariño que le tiene a su “Reinita”.

Uno ve como le pega el pulque a las personas, y hasta el más alzado termina encantado con un curadito. Yo crecí con el pulque y me ha enseñado casi todo lo que sé, hemos pasado buenos y malos momentos, porque no la tiene fácil ahorita, con lo barato que es el pomo, y por eso me da gusto ver que de unos años para acá más jóvenes vienen a probar los pulques naturales y los curados, eso es lo que debemos hacer, no dejar que se pierda la esencia y la tradición”


En el D.F. hay más de sesenta pulcatas, que ven con nostalgia a la ciudad que las vio nacer. Cada una tiene una historia diferente y son frecuentadas por personajes coloridos que las visitan casi a diario, con la esperanza de que no se pierda esta tradición que sin duda nos distingue como cultura.


















jueves, 16 de agosto de 2012

13 de Agosto de 1521



Un mes atrás o un poco más, antes de las elecciones estoy seguro. Nos acercamos a la plaza de las Tres Culturas. Se encontraba sola, fría, y con la amenaza de una mañana lluviosa. Todo eso acentuaba el recuerdo de los importantes sucesos que han pasado en esta plaza, alguna vez, una ciudad.