lunes, 3 de septiembre de 2012

Lunes Pozolero



Lunes. Lo común es que empiece la semana para ti y la mayoría. ¿Mi caso?, mi caso está lleno de horarios y días de descanso poco convencionales. El lunes es mi día "de descanso, libre, de fiesta". Un lunes con sabor a domingo, en el que la actitud de la ciudad te recuerda que es lunes todo el tiempo. No por eso, deja de ser un  día disfrutable. Es el día para complacer los sentidos y compartir con las personas de horarios "normales"; (claro está, realizar pendientes). Raro el antojo de la semana y poco común en mí.
Antojo de un platillo que disfruto y me gusta, pero que solo la nostalgia ha hecho que lo deseé con ansia. Pozole.

El Pozole en mi familia (como en la mayoría de las familias Mexicanas) es símbolo de fiesta: desde  fiestas patrias, cumpleaños, reuniones familiares, llegando hasta navidad y año nuevo, que en mi familia no pueden pasar sin el pozole de mi abuela. Sin duda   un platillo emblemático de nuestra cultura. Que tiene el lujo exclusivo, de tener su propio plato, Pozolero y un lugar especializado en su elaboración, Pozolería. Bien conocidos por la mayoría.



Platillo que  en origen viene desde antes de la conquista. Nos cuenta  Fray Bernardino de Sahagún en sus relatos titulados "Historia general de las cosas de Nueva España", Moctezuma comía un pozole con el muslo de un prisionero sacrificado, durante  los festejos al Dios Sol. Sea o no cierto, la forma de preparar el Maíz cacahuazintle , es lo que da inicio al pozole que hoy conocemos y su extensa variedad. Lucha sin fin, por saber que estilo de pozole es el mejor: Guerrerense, Jalisciense... cuestión de gustos.

¿Cómo negarse a un pozole? Grande, por favor.  Blanco, verde o rojo, como quieran. Con su cantidad abundante de maíz cacahuazintle, de cabeza de cerdo pediría yo. Sus rodajas de rábano, lechuga fresca,  cebolla blanca, poder moler el orégano con las palmas, exprimir medio limón, ¡alto!... Primero me preparare una tostada...

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